EL HOTEL A ORILLAS DEL RÍO |
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TÍTULO ORIGINAL | Gangbyeon hotel |
AÑO | 2018 | |
PAÍS | Corea de Sur | |
DIRECTOR | Sang-soo Hong | |
DURACIÓN | 1h 36 min | |
REPARTO | ||
Ju-bong Gi, Min-hee Kim |
El tema de las casualidades me ha llevado a encontrar obras que no pensaría ver...una de estas es la película sur coreana El hotel a orillas del río; un cine aparentemente desconocido y, si se me permite la ligereza de juicio, mirado con recelo por lo menos en esta parte del continente americano...es decir, no representa la primera opción en la lista de pendientes, para mí no lo fue y confieso tampoco la segunda; como referentes sobresalientes se pueden contar películas como Tren a Busan (2016), que considero da un impulso dignificante al trillado cine de zombies desde los inicios de George A. Romero, la atrevida Old boy (2003) y la sorpresiva y exitosa Parásitos (2019) que puso en la mira (espero no temporalmente) al cine surcoreano...un cine diverso, tímido en taquilla pero no falto de evidente calidad.
El director Sang-soo Hong es considerado de los mejores en su país a pesar de no contar con taquillazos comerciales, que desafortunadamente es un criterio de éxito: el cine es una industria que se mantiene mayoritariamente con las ganancias de la distribución y exhibición...Este director hizo su debut en 1996 con la película Daijiga umule paginal (The day a pig fell into the well, 1996) recibiendo excelentes comentarios y premios internacionales; a partir de allí ha dirigido más de 20 películas entre cortos y largometrajes.
El hotel a orillas del río, es una película rodada en blanco y negro...un blanco y negro luminoso que resalta y embellece la atmósfera fría en la que se desarrolla la historia; el blanco predomina en la imagen y se acentúa con la nieve que rodea el espacio...La historia inicia con un hombre mayor recibiendo una llamada de sus hijos quienes le informan que están por llegar al hotel donde él está; paralelamente, una mujer joven recibe una llamada de una mujer que le dice que pronto llegará a su hotel, para encontrarse...es el mismo hotel, a la orilla del río.
A partir de acá se narra la historia en paralelo de la joven y el padre y sus hijos, y a medida que avanza el metraje vamos conociendo más sobre ellos mientras se entrecruzan, entrando y saliendo de los encuadres que nos ofrecen unas imágenes sin duda hermosas; la historia nos cuenta, por un lado, que el padre, un poeta reconocido, cree sentir la muerte cerca y así se lo hace saber a sus hijos, y por el otro, la joven enfrenta una ruptura amorosa y encuentra soporte en su amiga...la historia se sustenta en los constantes y permanentes diálogos y, como cosa curiosa, en los constantes y permanentes silencios...la conversación es el sustento de la historia, lo que se decide y lo que no, los diálogos, al igual que la película en general, son minimalistas, sencillos, cotidianos y hasta insulsos; quien ve la película está viendo un día cualquiera de la vida de cualquiera; pero es esta característica lo que llena de profundidad el filme, es una película de reflexión sin pretender serlo (creo), o por lo menos le sale mejor que a algunas películas que pretenden ser "profundas" con diálogos pesados, que se toman a sí mismas muy en serio: "estaba muy preocupado...creo que pensaba mucho, por eso su corazón se enfrió" dice la joven a su amiga refiriéndose al hombre de quien se separó.
Se conversa sobre todo y nada: sobre el amor, la separación y la vida (o la muerte); los personajes van y vienen por los espectaculares escenarios, como en el teatro, la cámara enfoca el escenario y los personajes entran a escena, los espacios permanecen mientras los personajes deambulan, entran y salen. Incluso cuando los personajes dominan la escena, el espacio tiene mayor protagonismo manejando de manera constante la profundidad de campo, que en términos generales consiste en darle importancia al fondo en el que transcurre la acción:
Sin duda se puede hacer una galería completa con cada fotograma de la película, es un ejercicio visual impresionante y conmovedor; la música, de otro lado, aunque enfatiza ciertos momentos, se torna monótona y hasta olvidable, pero puedo pensar que se debe a que la atención se tiene en el espacio y en los diálogos... es para mí la gran damnificada; las actuaciones sobrias, son tan sencillas que por momentos se olvida que están actuando; abundan los planos amplios y las tomas largas todo es minimalista hasta los movimientos de cámara, limitándose a movimientos laterales y acercamientos/alejamientos con zoom.
Una historia en apariencia sencilla fundamentada en unos diálogos cotidianos pero contundentes, enmarcada en una fotografía sobresaliente, un regalo visual, unas imágenes que disimulan los pocos bajones de ritmo de la película, tal vez a causa de la falta de costumbre del ojo occidental...
Ya sobre el final del filme, el padre dice a sus dos hijos: "...pero me di cuenta de que no puedes vivir basado en la culpa", no creo en el arte como un instrumento aleccionador, creo en el arte como un instrumento de movimiento de sensaciones, sin embargo, estas palabras que engloban para mí el meollo de la historia, deberían ser tenidas en cuenta, para alivianar, entre otras cosas, las cargas que llevamos hoy en día... el final, rematado por un fuera de campo (la acción no es visible ya que sucede en un sitio diferente al que está en el encuadre) apunta directo a la sensibilidad del espectador...
* En la sección de solicitudes responderé si les interesa tener la película
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